Llevando más de tres horas por la carretera,
escuchando algo de música clásica para relajarse, va aun a buen tiempo, espera
llegar a su destino antes del anochecer, le hace falta unos días junto al mar,
descansar de tanto estrés del tráfico y sobre todo del caos en el que se
convirtió su vida, después de casi un año de tenerla cerca, de introducirse en
su mundo, de no saber cómo reaccionar, como retenerla, a más de trecientos noventa
y seis kilómetros del caos ,estará más seguro, se siente más tranquilo a medida
que se aleja, y puede percibir paz, pudo haber abordado un avión pero eso sería
demasiado rápido, quería ir por la carretera y ver el paisaje percibir los
cambios liberar eso que sentía, esa obsesión, ese sueño sin cumplir, el miedo
de sentir…
Llegando a su destino, en el hotel se da cuenta que está muy cerca de la
playa, además de que gracias a Dios,
tiene clima en lugar de un ventilador, son las nueve de la mañana, le da tiempo
de un baño poder tomar el sol, meterse al
mar, la brisa que llega desde la costa, el olor no podía ser más perfecto, su
mente en blanco por completo, se quita los zapatos y camina con la vista fija
en el mar, quiere sentir el agua antes de ponerse el bañador
Su vista fija en el horizonte, la tranquilidad
que te proporciona el mar, camina a el hotel,
y se prepara para sumergirse en el mar, se baña, preparándose para salir a relajarse, tumbado en la playa
junto al mar, respirando la tranquilidad que
te brinda ese espacio, un
encuentro contigo momentos de reflexión, sacar esa obsesión de su corazón, difícil
momento traer a la memoria lo que le orillo a refugiarse en ese lugar a
trecientos noventa y seis kilómetros de su lugar de origen, quizá hubiera
buscado más lejos en otro país, en otro continente, con el océano de por medio
alejarse de ahí, pero lo más lejos fue ese lugar, por el tiempo, debe volver a
su vida normal una vez enterrado ese recuerdo, incorporarse a la vida rutinaria
a la que estaba acostumbrado antes de cruzarse con ella
Caminando por la playa, después de escribir su
nombre en la arena y dejar que el mar se lo llevara, como su sonrisa, su mirada,
sus palabras, todo lo que le hace sentir, se lo lleva el mar para desaparecerlo
de su vida,
Entrando a un restaurante hay que alimentarse, de
pronto escucha su voz, su semblante cambia en un instante, se queda helado,
paralizado, el corazón late más rápido, el siente que se escucha tan
fuerte, alguien le puede oir,su mirada vuela hasta el lugar de donde salió
esa voz, la ve está ahí, ¿cómo puede ser? Tratando de alejarse de ella recorrió
un largo camino, un millón de kilómetros lejos de esos ojos que le embrujan,
esa sonrisa que lo mata, el amor que llena por dentro, es imposible que este ahí
Sus miradas se encuentran y el tiempo se detiene,
no sabe cómo reaccionar, ella camina sin dejar de mirarle, sé acerca, le parece
el en cámara lenta, se para justo en frente,con una sonrisa dibujada en sus labios,
tomando su rostro le besa, con la pasión que recuerda, cerrando los ojos se
sumerge en ese beso que tanto esperaba, que tanto anhelaba, de nada sirvió correr por medio país para
dejar de añorarla,de nada sirve, querer olvidarla, si la vida ,el destino o no sé
qué maldita broma, la tele transportó a trecientos noventa y seis kilómetros,
solo para hacerle saber que le amaba, que ya no la dejaría ir
¿Es acaso el inicio?
En ese momento no quiere
pensar, hay una razón de se encuentre ahí ,ahora solamente sentirá ,con los ojos aun cerrados la abraza con el deseo en las manos simplemente deja de pensar…
Autor:
Atenea Gzl
foto tomada de la red