Así se
pasaron dos semanas, moviendo papeles cerrando expedientes, terminando los
pendientes, todo como a ella le hubiera gustado recibirlo el día que llego a
esa oficina, una cena de despedida, esas cosas no le agradaban era mejor salir
y desaparecer sin que nadie lo notara, Miriam insistió como siempre, se
confabula con Alberto, Juan, Marcela, Estela
--- está
bien iré a su dichosa cena con un suspiro de resignación, Fernanda acepta la
invitación
----A las
nueve de la noche en “La cabaña de los abuelos” si sin falta estaré ahí, jajajajajajajaja
¿Cómo? ¿Iras por mí si no llego? Ok ok
Albert sin falta estaré
Una
sonrisa se dibuja en su rostro cuando corta la comunicación del celular, mira a
ambos lados de la calle, antes de cruzar, (esas avenidas siempre me confunden
¿Por qué existe un carril de contraflujo? Si uno viene pensando en la
inmortalidad del cangrejo y no lo recuerda seguro se lleva un gran susto, si el
bus viene lento no hay problema, el problema son esos choferes vueltos locos
que abundan en esta ciudad, ¿cómo prevenir eso?)
Sigue su
camino ahora recordando la llamada a la casa que ya está rentada desde hacía
tres días, una casa pequeña, odia los apartamentos demasiada gente viviendo, y
mucha al pendiente de los demás, los saludos matinales o al anochecer de
personas que solamente Dios sabe quiénes son, no prefiere una casa pequeña
solamente es ella unas cosas y todos sus recuerdos, espera que
Armando no
vuelva a aparecer, en realidad desea que vuelva a buscarla, en la parada antes
de que amanezca, ha tenido algunos sueños bastante realistas en los que abre
los ojos y con las manos le busca en su lecho, incluso se ha levantado y lo
busca en el cuarto de baño, demasiado reales aún se estremece al recordarlo agita
su cabeza, su cabello lo hace igual que cuando sale de la ducha solo que para
esa hora del día está seco y rebelde, recuerda las veces que Armando le decía
que le encantaba como lucia su cabello después de tener un encuentro bajo las
sabanas muy intenso
Eso era
lo que no quería cuando le volvió a ver, recordar los momentos de felicidad, le
hacía más difícil el escapar, vuelve a el presente es mejor concentrarse en los
hechos, de ese momento entra a la oficina de viajes para comprar su boleto
--¿a
donde es su viaje srita Fernanda?
-- a
Timbuktu si es posible o a Siberia ¿qué tiene más lejos de aquí?
El agente
de viajes le mira con asombro, no tiene pasajes tan lejos, ni idea donde esta
Siberia y Timbuktu menos, solo nacionales, le dice con una sonrisa nerviosa
Fernanda
pone los ojos en blanco, cierto hubiera ido a una internacional, ok está bien Cuapiaxtla, por
favor, si solo de ida me voy a vivir ahí, sale con el boleto en mano marca un número
del móvil espera sentada en la parada de bus,
--hola
¿si como estas nena?, solo para confirmarte
me voy, no puedo decirte a donde, sabes que siempre lo hago, cuando este
instalada seguro te llamare, ¿a comer hoy? ¿En dónde? aja espera, estoy
buscando una pluma ok bien Anemias aja ok sí creo que es donde es, a las cinco
vale voy para allá si nena, claro besos
Esther,
siempre se preocupa por ella desde que la conoció a pasado una eternidad,
solamente a ella le ha abierto el corazón sabe todo de su vida, la conoce en
realidad, por eso cada paso que da se lo confía a ella, solo ella ha estado en
todas sus huidas, le ha visitado en sus innumerables domicilios, le ayuda a
decorar sus casas le da estabilidad a su vida de gitana sin compromisos
Sin
quererlo se da cuenta que está en la misma avenida, en la misma parada de bus
donde Armando le había pedido que vivieran juntos, y ella por primera vez había
dicho que sí, porque no le había dado tiempo de pensarlo, fue la respuesta más sincera
de su vida que le salió del corazón, sin duda, si se lo hubiera pensado un
minuto seguro le dice que no y abría desaparecido en ese momento de su vida,
pero parecía que estaba cansada de correr cada instante en que todo se ponía serio,
no entendía aun porque le dijo que sí, pero al mirar la sonrisa, en su rostro,
de esas sonrisas que no se quedan solo
en los labios sino que se van a los ojos e iluminan la cara no pudo retractarse
de su dicho y se dejó abrazar
De
eso abrazos que parecen que le devuelven el alma, de esos que no quieres que se
terminen, y un beso tan apasionado y sincero que le hizo despegar los pies de
la tierra, y le llevo hasta el cielo, no pudo romper la magia y pensó en ese
momento que quizá era una buena decisión,
Lo
era pero su alma indomable no le dejaba se rebelaba contra lo que creía cadenas,
una cárcel, no la dejaba en paz, y sin quererlo un día se encontró pensando en
su niñez su casa siempre inmaculada, su madre siempre servicial su padre
ausente, y todo en una rutina que no le gustaba, las peleas si no estaba la
comida preparada a la hora que llegaba “el señor de la casa”
Eso
fue lo que le hizo entrar en pánico, y sin pensarlo tomo sus maletas metió sus
cosas dentro, y salió corriendo antes de que Armando llegara, a pesar de que en
ese tiempo juntos Fernanda paso sus mejores días se sentía feliz, le encantaba
despertar y tener a ese hombre a su lado, no se cansaba de mirarlo mientras dormía,
sus ojos sus labios, le gustaba levantarse, a poner la cafetera y a veces le
salía del alma preparar el desayuno antes de que el despertara, y solo
regresaba a la cama para cerciorarse de que aun dormía, para comenzar a besarle
y provocarle, le gustaba ver su semisonrisa y como la tomaba en sus brazos y la
besaba una y otra vez antes de que aún se despertara del todo, era feliz sin
duda al recordarlo se estremecia,eso
¿era ser feliz?
Pero
no pudo continuar el día que se vio metida en la cocina, apurada por la hora
cocinando para ese hombre que la hacía enloquecer, y en ese instante el
recuerdo de su infancia le hizo correr, sin mediar palabra desapareció y parece
que lo hizo bien tardo dos años en encontrarla, aun en la misma ciudad, si se
marchaba a otro lugar más lejos seguro dejaría de buscarla, el recuerdo de la
mañana en la parada del bus le hizo recordar su aspecto estaba más delgado,
quizá vio algunas marcas de cansancio en su rostro, pero sus labios seguían
siendo tan cálidos sus manos sus brazos aun fuertes, su olor, su aliento,
seguían igual como los recordaba
Ve
el bus y sube Esther le espera, basta de recordar, debe de continuar su viaje
ya está planeado pronto dejara de nuevo todo atrás el viaje sin retorno, está a
unos días de su partida, Armando no aparece desde esa mañana en la avenida, es
mejor así
--hola
querida ¿cómo estás? Por Dios te ves fatal, ¿no has dormido?, que paso con tu
tinte y ese peinado en verdad no te favorece, ven te extrañaba, cuéntamelo todo,
¿qué sucedió? ¿Por qué te vas? ¿A qué se debe la desbandada?
Demasiadas
preguntas, aun no contesta el hola, en fin la abraza y suspira así es Tete
siempre te asalta con preguntas te pinta el retrato de cómo te mira con demasiada
sinceridad, solo ella se había dado cuenta de que sufría de insomnio desde hacía
algunos días, prefería no dormir a soñar con “su hombre”, preferible estar
desvelada, haciendo ejercicio o llenando formatos hasta que el sueño le vencía
y se iba a la cama, para solamente dar vueltas en ella presa de la desesperación
--bien
linda ya sabes mucho trabajo, si no he podido dormir jajajajaja valla pinta que
me has puesto creí que me veía al menos peinada, me esmere en este look y ahora
me dices que soy una facha jajajajajaja, me voy de nuevo porque me encontró,
Armando me encontró, no sé cómo paso nena, un día apareció y bueno no puedo
quedarme cruzada de brazos, ni aquí ya sabe dónde estoy, desviando la mirada
hacia el mesero le hace una señal el asiente
Toman
la mesa de fumar, y prende un cigarro, la mirada de reprobacion de Tete, como siempre no le gustaba que fumara hacia más
o menos un año que no lo hacía, pero se sentía inquieta sabía que lo que venía
ahora, no sería algo agradable para ella, la sinceridad de Tete siempre la
dejaba indefensa
Autor:
Atenea Gzl
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